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Amir Thaleb Life.com |
Ya rondaba por los tres años y medio viviendo en México y
un día inesperado desperté llorando, sin tener claro por qué, abrumado
por una profunda depresión, tornándose mi vida de un color negro profundo… Caía
en la cuenta que la vida siempre te pasa su factura…Que así como no hay mal que
dure cien años, tampoco hay felicidad que lo dure.
Uno cree que la última gota que rebalsa el vaso es la
causante, pero casi siempre son distintos factores que actúan en ese gran
desencadenamiento. Un desengaño amoroso, amigos que uno creía que eran fieles
y te traicionan, la nostalgia, la soledad disfrazada de danza, el desapego, la
distancia, todo eso y otras cosas más, me llevaron a los grandes replanteos
de mi vida.
Una vez aprendí que nuestras vidas son comparables con un
gran ropero lleno de cajoncitos, cada uno de ellos contiene diferentes aspectos
nuestros y que tan solo uno que se descuide, desequilibra
completamente nuestra existencia, cada uno cumple una función dentro de este gran ropero,
todos hacen un gran TODO en nuestro desarrollo y crecimiento.
Este concepto se me marcó muy a fuego en mi vida, ya que
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México lindo y querido!!! |
reiteradas veces pude comprobar su verdadero significado.
Todo transcurría
maravillosamente bien en mi vida profesional, el bailarín estaba contento,
satisfecho y adulado por todos, pero... Oh detalle! Me había olvidado completamente de
mí, yo, Amir, como ser, como humano, con sus necesidades y prioridades.
Desperté
de este letargo dándome cuenta que YO no existía, que todo se lo había llevado
el bailarín, todo lo acaparaba él, pero... Y yo?
Una amiga de esas que adoran el esoterismo me llevó a una brujita para que me tirara las cartas.
Cuando fui entusiasmado en que
me dijiera algo lindo, algo que me alentara, me mató cuando tan solo me miro a
los ojos y me preguntó: "¿Cuánto vale Amir?" Nunca me dio tanta vergüenza
responderle que no tenía idea. E insistía ella: "¿Cuánto vale? Ponle un precio."
Yo dije: "Un millón de dólares." Ella sonrió y me dijo: "No hijo, tú
no tienes precio, ningún humano tiene precio." Me saludó, me dijo
que cuando realmente supiera cuanto valía, podía regresar y me
despidió. |
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